Más de 50 muertos por inundaciones en Texas: la tragedia golpea campamento cristiano y moviliza a iglesias
Una devastadora serie de inundaciones repentinas durante el fin de semana del 4 de julio ha dejado al menos 51 personas muertas en el estado de Texas, entre ellas 15 menores de edad, y ha causado estragos particularmente en un reconocido campamento cristiano para niñas, lo que ha conmocionado al mundo evangélico estadounidense y generado una amplia respuesta de iglesias, ministerios y organizaciones cristianas.
La tragedia ocurrió en la región conocida como Texas Hill Country, donde las lluvias torrenciales provocadas por el remanente de la tormenta tropical Barry hicieron que el nivel del río Guadalupe subiera de forma súbita. Uno de los puntos más afectados fue el Campamento Mystic, un tradicional campamento cristiano femenino ubicado en el condado de Kerr, donde cientos de menores se encontraban disfrutando de actividades veraniegas. Al menos 27 niñas siguen desaparecidas, mientras continúan las labores de rescate.
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“Fue todo muy rápido, no hubo tiempo de evacuar. El río simplemente se desbordó”, declaró una madre que se encontraba en las instalaciones del campamento al momento del desastre. Según reportes, varias líderes y directoras del campamento intentaron proteger a las niñas y murieron en el intento.
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El gobernador de Texas, Greg Abbott, pidió oraciones por las familias afectadas y anunció que el estado ha solicitado ayuda federal para enfrentar los daños. "Estamos de luto como estado y pedimos a todos que se unan en oración por estas familias", dijo Abbott en conferencia de prensa.
El impacto en el campamento Mystic ha provocado una inmediata reacción por parte de la comunidad cristiana en todo el país. Iglesias locales han abierto sus instalaciones como centros de acogida para familiares de víctimas y voluntarios, y numerosos ministerios cristianos se han movilizado para brindar asistencia espiritual, médica y alimentaria.
Entre las organizaciones que ya están operando en la zona se encuentran Samaritan’s Purse, que ha desplegado equipos de emergencia y capellanes para brindar apoyo emocional, y Convoy of Hope, que está distribuyendo kits de alimentos, agua y suministros. Pastores de distintas denominaciones están ofreciendo consejería y acompañamiento a las familias afectadas.
“Estamos aquí porque creemos que el consuelo de Cristo puede llegar incluso en medio del dolor más desgarrador. Esta comunidad necesita nuestras oraciones, pero también nuestra presencia activa”, afirmó el pastor David Hunter, de la iglesia Gateway Kerrville, una de las congregaciones que ha ofrecido su templo para servicios funerarios.
La tragedia ha reavivado también el debate sobre la falta de sistemas de alerta eficaces en zonas rurales de Texas, donde los campamentos cristianos son numerosos y frecuentados por miles de niños y jóvenes cada verano. Muchos en la comunidad cristiana han hecho un llamado a revisar los protocolos de seguridad y a trabajar en conjunto con autoridades para proteger a los menores que participan en estos espacios de formación espiritual y recreativa.
Mientras continúa la búsqueda de desaparecidos, y las familias comienzan a enfrentar el duelo, la iglesia está dando testimonio de compasión y servicio en medio de la tragedia.
