Líder hispano de Nueva York condena ley de suicidio asistido: “Reflejo de una sociedad en decadencia”

El pastor Víctor Tiburcio, líder del ministerio Aliento de Vida en Queens, calificó como “una señal de decadencia total” la aprobación legislativa en Nueva York de una ley que permitiría el suicidio asistido para personas con enfermedades terminales.
La Asamblea estatal aprobó el proyecto el pasado martes, avanzando así en una legislación que lleva años en debate y que permitiría a pacientes adultos diagnosticados con menos de seis meses de vida solicitar medicamentos letales a través de un médico. Aunque aún falta la firma de la gobernadora Kathy Hochul para que entre en vigor, la medida ha encendido un fuerte debate ético, médico y espiritual.
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“Pienso que esta ley que acaban de aprobar los legisladores del Estado de Nueva York simplemente es un reflejo más de la decadencia de esta nación, de esta sociedad, que es una señal de que este imperio está en decadencia total”, afirmó Tiburcio en declaraciones exclusivas a Christian Post en Español.
El pastor expresó su preocupación no solo por la legalización de lo que considera “una forma de suicidio voluntario”, sino también por el precedente que podría sentar para otras medidas que pongan en riesgo la dignidad de la vida humana. “Es una forma también de acelerar la muerte de muchas personas que de saber esperar en Dios, inclusive pudieran tener la oportunidad de recuperarse y hasta sanarse”, dijo.
Según la información publicada por The Associated Press, Nueva York se sumaría a una lista de estados como Oregón, Vermont y Nueva Jersey, donde el suicidio médicamente asistido ya es legal. Los defensores de la ley argumentan que se trata de un acto de compasión y de respeto por la autonomía del paciente. Sin embargo, para líderes cristianos como Tiburcio, la medida representa una rebelión abierta contra los principios divinos.

“Sabemos también que Dios es el único que tiene derecho a dar la vida y a quitar la vida, porque Él es Dios, y por eso es Dios”, afirmó el líder de Aliento de Vida.
Tiburcio instó a la gobernadora Hochul a no firmar el proyecto. “Oramos que el Señor le dé cordura a la gobernadora Kathy Hochul para que no firme esta ley, sino para que simplemente la anule y esa ley no entre en vigencia en el estado de Nueva York”.
Más allá de la crítica, el líder evangélico propuso una respuesta práctica desde la Iglesia: fortalecer el acompañamiento espiritual a los enfermos. Subrayó que los creyentes tienen un papel fundamental en el cuidado paliativo, no solo desde lo médico, sino desde lo emocional y espiritual.
“El acompañamiento con el Evangelio a estas personas juega un papel fundamental”, explicó, añadiendo que ha visto a lo largo de sus más de 40 años de ministerio a personas desahuciadas recuperar la salud y la fe gracias a la visita de creyentes y la predicación del Evangelio.
“Hoy más que nunca estamos llamados a salir, a ir a los hospitales, a visitar a los enfermos, como dice el Señor ahí en Mateo 25”, concluyó Tiburcio.
Aunque el futuro inmediato de la ley aún depende del poder ejecutivo, la comunidad cristiana hispana en Nueva York ya comienza a alzar su voz en defensa de la vida, aún en medio del sufrimiento terminal.