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¿Es la Generación Z latina la promesa de un avivamiento o la gran amenaza de la iglesia evangélica en EEUU?

¿Es la Generación Z latina la promesa de un avivamiento o la gran amenaza de la iglesia evangélica en EEUU?

Según un estudio de Lifeway Research, el 66% de los jóvenes adultos que asistieron regularmente a la iglesia durante la adolescencia dejan de asistir entre los 18 y 22 años. | Instagram @yosoymix

Las iglesias evangélicas hispanas en Estados Unidos enfrentan un dilema generacional: la Generación Z (jóvenes de 20 a 30 años) representa tanto el futuro vibrante de la congregación como la cohorte con mayor riesgo de abandono de la fe organizada.

Según encuestas recientes de Lifeway Research sobre iglesias hispanas, los latinos evangélicos son, en promedio, una comunidad más joven que sus contrapartes anglosajonas. De hecho, un estudio de Asambleas de Dios reveló que más de un tercio de sus feligreses hispanos tienen menos de 30 años.

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Este perfil juvenil le da a la iglesia latina un dinamismo único. Sin embargo, ese crecimiento coexiste con una tendencia nacional donde cerca de dos tercios de los jóvenes que crecen en la iglesia se alejan después de los 18 años.

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El principal problema, según los analistas, no es la pérdida de la fe, sino la desconexión con una práctica religiosa que consideran inauténtica o irrelevante. Los jóvenes de la Generación Z buscan relaciones genuinas y respuestas a las crisis del mundo real.

El pastor David Marín, líder de jóvenes en una mega-iglesia de Florida, identifica la hipocresía como un factor de alejamiento.

“La Generación Z siempre está observando y puede detectar la hipocresía a un kilómetro de distancia. Nuestras acciones hablan más que nuestras palabras,” expresó Marín. “Si predicamos compasión el domingo y juzgamos el lunes, cerraremos la puerta del evangelio para esta generación.”

Otro desafío es la barrera del idioma, que a menudo complica el pastoreo de la "segunda generación" de latinos nacidos en EE.UU., quienes se sienten menos cómodos con el español.

El Dr. Dennis Rivera, director de la Oficina de Relaciones Hispanas y Étnicas de las Asambleas de Dios, ve en este desafío una oportunidad para un despertar espiritual:

“Somos jóvenes y vibrantes,” afirmó Rivera. “De hecho, creo que la iglesia hispana... está creciendo mucho más rápido de lo que indican las cifras oficiales. Me he preguntado si el próximo Gran Despertar no ha comenzado ya, solo que no estamos tan conscientes porque está sucediendo en las iglesias y comunidades hispanas.”

Para retener y empoderar a la Generación Z latina, los líderes eclesiásticos están siendo llamados a priorizar el discipulado auténtico sobre los eventos masivos, a fomentar el diálogo sobre el monólogo y a brindar oportunidades para que los jóvenes ejerzan un liderazgo de servicio en sus comunidades, llevando la fe más allá de las cuatro paredes del templo.