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Nuevo informe muestra relación entre corrupción y persecución cristiana en el extranjero

Nuevo informe muestra relación entre corrupción y persecución cristiana en el extranjero

JOHN WESSELS/AFP via Getty Images

Un nuevo estudio ha demostrado una correlación entre los altos niveles de corrupción gubernamental y el aumento de la persecución a las comunidades cristianas en varias naciones. Destacando la necesidad de una respuesta internacional concertada, el informe señala una asociación directa entre las prácticas corruptas dentro de los organismos gubernamentales y las políticas discriminatorias contra los cristianos.

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El informe, titulado “Corrupción y Persecución Cristiana” y publicado este mes por el grupo de vigilancia de la persecución con sede en Estados Unidos International Christian Concern (ICC), muestra que los gobiernos corruptos a menudo no protegen los derechos de las minorías, lo que conduce a entornos en los que la persecución cristiana es ignorada o apoyada tácitamente.

El informe corrobora varios estudios, incluidos los informes de Transparencia Internacional, que busca combatir la corrupción global y la define como el uso indebido del poder público para obtener ganancias privadas. ICC sugiere que el hecho de que los países con altos niveles de corrupción también experimenten una persecución cristiana significativa no es mera coincidencia.

En el informe, el grupo cita ejemplos de países reconocidos como los peores perseguidores de los cristianos.

En Afganistán, la corrupción permea múltiples sectores, incluidos el gobierno y las fuerzas del orden, socavando gravemente las protecciones legales y sociales de las minorías, dice el informe, y señala que la corrupción generalizada ha permitido que florezcan interpretaciones extremistas de la ley islámica, poniendo a los cristianos conversos en grave riesgo. Se enfrentan a consecuencias terribles, incluidas amenazas de muerte y exclusión social, y los funcionarios corruptos a menudo hacen la vista gorda o incluso toleran tales actos.

En Nigeria, la corrupción no solo obstaculiza el desarrollo económico, sino que también afecta directamente la seguridad de las poblaciones cristianas. La corrupción ha facilitado la falta de rendición de cuentas por los actos de violencia contra los cristianos, que constituyen casi el 70% de los asesinatos religiosos en el país, según el informe, que sugiere que esta negligencia a menudo se debe a las relaciones corruptas entre los funcionarios locales y los grupos extremistas.

La situación en Azerbaiyán, un país predominantemente musulmán, donde el año pasado los militares tomaron el control de Nagorno-Karabaj, una región habitada predominantemente por 120.000 cristianos de etnia armenia, refleja un patrón similar.

En Azerbaiyán, una alta tolerancia a la corrupción entre la población afecta a todas las capas de la sociedad, incluido el trato a las minorías religiosas. “La economía del país, en particular su industria del petróleo y el gas, es susceptible a prácticas corruptas, con informes de favoritismo generalizado entre los funcionarios del gobierno y las élites empresariales”, dice el informe.

Añade que la “tolerancia a la corrupción” también es alta entre la población de Azerbaiyán, donde los ciudadanos comunes usan sobornos para doblar las leyes a su favor. Como en muchos países, la constitución de Azerbaiyán garantiza la libertad de religión, pero los cristianos enfrentan restricciones, violencia e intimidación.

En Pakistán, la evidencia empírica sugiere que la corrupción y la persecución religiosa tienen efectos perjudiciales para el crecimiento económico del país, dice el estudio. Las ramificaciones económicas son profundas, ya que la corrupción y la persecución cristiana degradan conjuntamente la estabilidad económica, desalentando la inversión extranjera y atrofiando el crecimiento nacional a través de un ciclo de inestabilidad y desconfianza.

En la India, la combinación de la ideología nacionalista hindú y la corrupción gubernamental genera sinergias para la opresión de las minorías religiosas, incluidos los cristianos. Esta colusión conduce a políticas y prácticas de aplicación de la ley que atacan desproporcionadamente a los cristianos, desde la inacción policial hasta la discriminación legal, con el pretexto de mantener la supremacía cultural hindú, dice el estudio.

En Myanmar, la combinación de corrupción y persecución religiosa se manifiesta a través de una discriminación sistémica impuesta tanto por el gobierno como por las fuerzas militares. La corrupción histórica y actual dentro de las estructuras de la era colonial de Mianmar permite la explotación y el ataque continuos de las comunidades cristianas, en particular en regiones envueltas en conflictos étnicos, dice ICC.

De manera similar, en Eritrea, la corrupción generalizada entre los funcionarios gubernamentales ha facilitado una dura represión de las libertades religiosas, según el informe, que cita al Departamento de Estado de los Estados Unidos (2020) para señalar que la falta de transparencia y rendición de cuentas del régimen eritreo permitió la perpetuación de graves abusos de los derechos humanos contra los cristianos, que a menudo son detenidos en condiciones inhumanas sin juicio.

En China, el estricto control gubernamental sobre las actividades religiosas se ve agravado por prácticas corruptas que afectan a todos los niveles de la burocracia, lo que permite violaciones generalizadas de los derechos humanos. A medida que los funcionarios ascienden en la escala burocrática, aumenta su participación en actividades corruptas, en particular las que reprimen las prácticas religiosas no autorizadas, dice el informe. La corrupción conduce a graves repercusiones para los cristianos, incluida la vigilancia, la detención arbitraria y los castigos severos sin el debido proceso, ya que el Estado busca eliminar cualquier amenaza potencial a su autoridad.

El estudio también se refiere al papel de las narrativas controladas por el Estado y las prácticas corruptas de los medios de comunicación en la intolerancia pública y la discriminación contra los cristianos, en particular en los países de Oriente Medio.

ICC sugiere que una respuesta internacional concertada es fundamental para abordar los desafíos duales de la corrupción y la persecución cristiana.

Insta a los grupos de defensa y a los organismos internacionales a colaborar más estrechamente en la imposición de sanciones contra los funcionarios corruptos y los regímenes que perpetúan la persecución religiosa. El grupo pide además asociaciones internacionales para proporcionar asilo y apoyo a las personas perseguidas para mitigar los peligros inmediatos que enfrentan, al tiempo que presiona a sus países de origen para que reformen.