Veinte rehenes israelíes vivos se reúnen con sus seres queridos, "la guerra ha terminado"

JERUSALÉN, Israel – Israel vive un día de profunda alegría y alivio tras la liberación de los 20 rehenes que permanecieron más de 730 días en cautiverio.
Las celebraciones, marcadas por el reencuentro de las familias, coincidieron con la llegada del expresidente de EE.UU., Donald Trump, quien aterrizó en el país para dirigirse a la Knesset (parlamento israelí) y celebrar el fin del conflicto.
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Durante su visita, Trump fue recibido por el presidente Isaac Herzog y el primer ministro Benjamin Netanyahu, y se le otorgó la Medalla Presidencial de Honor. En su discurso ante la Knesset, el exmandatario expresó un mensaje de esperanza y fe.
"Nos reunimos en un día de profunda alegría, de esperanza creciente, de fe renovada y, sobre todo, un día para dar nuestro más profundo agradecimiento al Dios Todopoderoso de Abraham, Isaac y Jacob", declaró.
El ambiente en el país es de un alivio abrumador, poniendo fin a una pesadilla de 24 meses que ha mantenido en vilo a la nación. La Plaza de los Rehenes en Tel Aviv, epicentro emocional desde el inicio de la crisis, finalmente puede comenzar a transformar su luto en celebración.
El abogado israelí Arsen Ostrovsky describió el sentir del pueblo: "Somos un país tan pequeño aquí que todos conocen a alguien, ya sea un soldado, un rehén... Conocemos sus historias. Conocemos sus rostros. Conocemos sus nombres. Es como si pudiera ser nuestro hermano, nuestra hermana, padre, nuestro hijo".
Como parte del acuerdo, se espera que Israel libere a unos 1.900 prisioneros palestinos. Para muchos creyentes en Israel y en el mundo, este acontecimiento es visto como el cumplimiento de una promesa bíblica.
El evento evoca las palabras del profeta en Jeremías 31:16-17: "Así dice el Señor: Reprime tu voz del llanto, y tus ojos de las lágrimas; porque tu trabajo será recompensado... y volverán de la tierra del enemigo. Hay esperanza en tu futuro... tus hijos volverán a su propia frontera".